¿Qué tal esos excesos navideños? ¿Hemos empezado ya con la operación faja?

Bueno, Zuriñe y Patri, deciros que próximamente subiré la receta de los bollos de mantequilla y de la coca de Sant Joan. A ver cómo me apaño con la coca porque nunca la he hecho… pero vuestros deseos son órdenes para mi. Me pongo a ello pero ¡ya! Y si estoy tardando en subir los bollos de mantequilla es porque necesito hacer algún vídeo para el tema del amasado y claro, temo que una vez salga a la palestra, se me rifen las cadenas de televisión para meterme en parrilla…

Hoy os traigo unas galletas de jengibre. Muchos me habéis preguntado por ellas en instagram. Pues bien, aquí las tenéis. Además, no sé por qué las asociamos con la Navidad… en Ikea las venden todo el año (o eso me han dicho, yo aún no las he probado, pero lo haré). Pero bueno, que seguro que muchos aún tenéis el árbol puesto ¿o me equivoco? Yo estoy que doy palmas con las orejas… ayer llegó el día de recoger todos los bártulos navideños ¡por fin! (sí, lo sé, estoy muy Grinch… qué le vamos a hacer). Pues eso, que estaba deseando meter todo de nuevo en su caja de cartón. Lo único, que recoger tiene su miga… porque claro, el árbol ha sido fácil de recoger, más que nada porque todas las bolas y adornos estaban en la copa y me pillaban a la altura. Nada de agacharme. Según las iban quitando ni me molestaba en ponerlas en su sitio. A la parte alta directamente que iban. Todo un cuadro de árbol de Navidad, eso sí, aunque a mí plín. Pero es que a lo largo de las Navidades he ido guardando adornos varios según me daba el arrebato, como por ejemplo un reno-cabra de Ikea que los niños intensos usaban como medio de transporte hasta que me harté de encontrarme al bicho cada día en un sitio diferente de la casa. Al Olentzero cantarín también lo tenía recluido al fondo del armario, pero porque él me lo pedía, que conste. El pobre ha acabado la temporada navideña sin voz y con ciática. Aún no he decidido si mandarlo a cuidados intensivos o si comprarle un billete de avión al caribe. Y es que no descarto seguir encontrándome restos navideños, perdidos por los armarios y cajones, en los próximos días. Os mantendré informados, que sé que os interesa.

Vayamos ya con la receta de las galletas «cuquis» de jenjibre, que se pueden hacer en cualquier época del año ¡faltaría más!

Los ingredientes que necesitaremos en esta ocasión son:

• 400g de harina de repostería
• 200g de mantequilla
• 100g de azúcar moreno
• un huevo (tamaño medio)
• 80g de miel
• una pizca de nuez moscada en polvo
• 2 cucharaditas de canela
• 1 cucharadita de jengibre en polvo
• «Don’t Dream It’s Over» de Crowded House

Bien, lo primero que vamos a hacer es tamizar la harina con el jengibre, la canela y la nuez moscada, es decir, los ingredientes secos. De esta manera los dejamos ya listos para luego.

Necesitamos la mantequilla en pomada, para ello dejarla fuera de la nevera un rato. Cuando veáis que está blandita ya es momento de batirla junto con el azúcar moreno. Os dejo que uséis una varillas eléctricas, venga, yo las usé también. Batimos hasta que veamos que la mezcla adquiere un color blanquecino y tenga un aspecto  un tanto esponjoso.

Añadimos el huevo y seguimos batiendo hasta que nos quede una mezcla homogénea.

Agregamos la miel y seguimos dándole a las varillas con ritmo y alegría.

Bien, es momento de agregar los ingredientes secos que habíamos reservado al principio.  Id añadiendo poco a poco esta mezcla de harina, canela, nuez moscada y jengibre mientras seguís batiendo. Cuando veáis que está todo bien integrado y homogéneo ya tenemos nuestra masa para galletas.

Ahora lo que tenemos que hacer es enfriar la masa para poder cortarlas fácilmente. Con dejar la masa en la nevera una hora es suficiente. Podéis dividir la masa en dos para que resulte más fácil después estirar la masa.

Una vez que tenemos la masa fría llega lo más divertido, que es cortar las galletas. Tenemos que estirar la masa con un rodillo. Intentad que quede todo del mismo grosor (yo no lo sabía, pero venden unos rodillos que incluyen unas guías para que te quede toda la masa del mismo grosor). Y ya está, ahora a cortar la masa con la forma que queramos. Yo he elegido la forma de mi querido muñeco de jengibre y estrellas varias.

En la bandeja de horno colocamos papel para hornear y vamos colocando ahí las galletas según las vayamos cortando. Dejad una separación de unos dos centímetros entre ellas.

Precalentamos el horno a 180 grados y horneamos durante unos 15 minutos. Como siempre os digo, cada horno es un mundo, así que estad al loro y cuando veáis que los bordes empiezan a dorarse, en principio, ya deberían estar hechas.

Cuando estén listas las sacamos, las dejamos reposar cinco minutos en la misma bandeja y de ahí a una rejilla para que se enfríen.

Para decorarlas, lo que queráis, desde un glaseado… hasta lo que se os ocurra. Yo utilicé unos lápices pasteleros de Dr. Oetker sabor chocolate. Son fáciles de utilizar y no me apetecía complicarme. Otro día os explicaré cómo hacer un glaseado.

Anotaciones:

• Si queréis, podéis estirar la masa antes de meterla a enfriar. Yo como no suelo tener mucho espacio en la nevera, prefiero enfriar primero la masa y luego pegarme con ella, pero reconozco que es más fácil estirar primero la masa y después enfriarla. Al final, que la masa esté fría lo que va a hacer es que sea más fácil cortar las galletas y que no se nos deshagan.
• La nuez moscada la podéis suprimir si queréis. Las he hecho de las dos formas y quedan genial con nuez moscada y sin ella. A vuestra elección, o gusto.

El ingrediente especial en esta ocasión es para este temazo de Crowded House. No me preguntéis por qué, pero hoy me ha venido a la mente esta canción. Aún recuerdo el anuncio de la tele, allá por 1996, donde anunciaban este disco. Yo no conocía al grupo por aquel entonces y en el anuncio se escuchaba esta canción. Me enamoré de ella al instante y me fuí directa a comprarme el cassette. Sí, sí, ¡el cassette! cómo suena ¿verdad? Pues que sepáis que aún lo conservo…

¡A disfrutarlo!